lunes, 14 de marzo de 2011

CONFERENCIA: "EL PRIVILEGIO DE DAR" PONIENDO PRIMERO A DIOS

Todos en cierta medida sufrimos el estar sumamente ocupados para servir a Dios.

Algunos están tan atareados haciendo cosas para Dios, que dejan de hacer las cosas de Dios.

Algunos ya han sido llamados por Dios para el servicio cristiano de tiempo completo, pero sopesan la llamada con su costo y deciden que pueden servir a Dios mejor ahí donde se encuentran.

Otros llenan tanto sus vidas de materialismo, que nunca tienen tiempo de escuchar a Dios. Las cosas urgentes toman el lugar de las cosas importantes y el servicio cristiano es engavetado hasta un “momento más oportuno”.


Todos podemos agradecer a aquellos santos consagrados, desde los apóstoles en adelante, que no pensaron que la fama y el éxito, ante los ojos humanos, eran tan importantes como las bendiciones de Dios. Un día cada uno de nosotros evaluaremos el éxito conforme a las normas de Cristo y de ninguna otra.

Confío en que cada uno de nosotros le escucharemos decir: “¡bien hecho, mi buen y fiel siervo!”


¿QUÉ FIN PERSEGUIMOS?

Debiéramos pensar que, ya que pasaremos la eternidad en la presencia de Dios y solamente unos setenta años en esta tierra, nos sería mejor interesarnos más por lo que recibiremos entonces que por lo que obtenemos ahora. Sin embargo, al revisar las prioridades, observamos que la mayoría de los cristianos viven sin esperanza real como Pablo describió en Romanos 8:24-25.

Estamos dispuestos a conformarnos con lo que podemos ver ahora más bien que con lo que no podemos ver y palpar en el presente. Ese es exactamente el principio que Cristo enseñó en Mateo 6:19 al 33.


Las cosas materiales no son lo que causa las dificultades. Dios dice que él nos dará las cosas que el mundo tanto aprecia pero ¿estamos mas dedicados a acumular cosas materiales que a servir a Dios?

La evidencia demuestra que servimos al dinero y no a Dios. “Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt.6:21)


Si hiciéramos esta pregunta: ¿qué fin persiguen los cristianos? La respuesta que el mundo nos daría es: “no muy diferente del que nosotros perseguimos”. Lo triste es que la mayoría de la gente quiere realmente conocer a un Dios personal. Tenemos la única esperanza para un mundo carente de esperanza, pero nos pasamos el tiempo buscando cosas vanas.


1 Timoteo 6:10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.


Repito, el problema no son las cosas materiales sino el consumismo y materialismo. Resulta alarmante en nuestra generación que hayamos encontrado una forma para racionalizar bíblicamente nuestros excesos.

Muchos cristianos creen efectivamente que podemos atraer al que no es salvo si tenemos lo mejor. Permítame asegurarle que aquellos que buscan seriamente a Dios no se dejan atraer por los lujos sino que les atrae una dedicación inflexible a Dios.


DAD Y SE OS DARÁ.

Lucas 6:38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.

Una vez que conocemos una promesa de Dios, se debe creer en la promesa. Puesto que todos los principios de Dios son dados como ejemplo para vivir, se debe verificar un principio aplicado en las vidas transformadas.

Si no es así probablemente entendemos mal el principio o “no” lo aplicamos.

Antes de definir el principio bíblico quisiera compartir algunas observaciones de un estudio que empezó hace más de nueve años, y aún continúa.


1) La mayoría de los cristianos da mucho menos de diez por ciento de su ingreso a la obra que se hace en el nombre del Señor.

2) Muchos cristianos dan al menos diez por ciento de sus ingresos en forma habitual, pero no experimentan lo que entienden sea la abundancia espiritual o material de Dios.

3) Muchos cristianos dan al menos diez por ciento de sus ingresos y pueden identificar muchos ejemplos de la retribución de Dios, sea de índole material, espiritual o ambos.

4) Un pequeño porcentaje de cristianos da mucho más de diez por ciento de sus ingresos sin identificar nada que puedan entender como la retribución de parte de Dios.

5) Un porcentaje muy pequeño de cristianos da mucho más de diez por ciento de sus ingresos y pueden identificar la respuesta de Dios tanto en general como específicamente.


A continuación ofrezco algunas observaciones sobre estos grupos sin intención de juzgar a nadie. Creo que Dios nos ha provisto de indicadores materiales que señalan nuestra condición espiritual. Estos no son para acusarnos sino para amonestarnos.



Ø Aquellos que dan menos de diez por ciento de sus ingresos limitan lo que Dios puede hacer por ellos según su propia palabra: Malaquias 3:8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Para que no creamos que ese principio era valido solamente en el antiguo testamento, Pablo nos lo amplía en 2 corintios 9:6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. La falla en el dar es un indicador material exterior de la necesidad de efectuar cambios espirituales.

Ø Aquellos que dan más del diez por ciento pero no necesariamente con sacrificio, pueden experimentar la abundancia de Dios conforme a Su plan para ellos, porque satisfacen las exigencias de Dios para ellos en ese momento.

Ø Muchos de los que dan lo que nosotros consideramos abundancia material, y no experimentan ninguna respuesta particular en lo material o espiritual pueden estar dando por razones egoístas. Muchos son los que tratan de sobornar a Dios para que los bendiga, como Simón el de hechos 8, que al observar los beneficios del poder de Dios trató de adquirirlo sin satisfacer las exigencias espirituales. Ellos demandan la bendición de Dios como recompensa de lo que consideran su sacrificio, pero no están sometidos a Dios, sino que tratan de ejercer su propio dominio sobre Él. Pablo también se refiere a esa actitud en Romanos 11:34 y 35: 34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? 35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?

Ø Otro grupo está formado por aquellos que dan esperando pero nunca demandando. Aunque Dios suele devolver mucho más de toda expectativa, tanto en lo espiritual como en lo material, ellos dan por el deseo de complacer a Dios y no por obtener provecho. La prueba de ello se halla en que usualmente empiezan a dar sacrificadamente mucho antes que Dios responda, y lo que dan excede sobremanera a la cantidad que acumulan, independientemente de cuanto sea su ingreso.


El principio espiritual que encierra el pasaje de Lucas 6:38 es, sin duda, DAR Y RECIBIR, pero no es DAR PARA RECIBIR. Los requisitos para recibir se encuentran en Lucas 6:27 al 37. El cristiano que vive conforme a estos principios practica la VIDA RENDIDA. Por tanto, dar es sencillamente la expresión material de la obediencia espiritual mas profunda a Cristo.

Casi todo cristiano desea ser obediente a Dios y muchos lo son en muchas maneras. Sin embargo, Cristo nos advirtió que la mayor amenaza a nuestro andar con Dios es la atracción al mundo materialista.

Mateo 13:22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.



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