jueves, 31 de marzo de 2011

EL PRIVILEGIO DE DAR



Un hermoso mensaje cristiano interpretado por Ednita Nazario:

Hermosa cancion. Mucha es la necesidad que hay en nuestro tiempo, es muy dificil realizar lo que esta cancion nos invita a hacer, pero no imposible; especialmente con Dios a nuestro lado. Vamos empesando por nuestra propia familia. Da sin esperar nada a cambio. Dios nos recompensará.


DEFINICIÓN DEL DIEZMO



PRIVILEGIO DE DAR

3a. Conferencia.


El diezmo sirve como testimonio material, externo, de que Dios es el dueño de las cosas “materiales” y “espirituales” de nuestra vida.

La práctica de diezmar es muy antigua y no era de exclusividad del pueblo hebreo, ya que otros pueblos lo hacían también. Hay registro del pago de diezmos en la historia de los egipcios, los griegos y de los pueblos de Mesopotamia; siempre en forma de dar sustento a los cultos y al sacerdocio.


La primera mención la encontramos en el libro de Génesis cuando Abraham da los diezmos al sacerdote Melquisedec, luego de su victoria militar sobre cuatro reyes (Gn. 14:17-20). Este hecho nos recuerda la ofrenda de Abel a Dios (Gn. 4:4).


Otra referencia, es la promesa de diezmar que hace Jacob a Dios como señal de gratitud por los beneficios que le otorga (Gn. 28:20-22).


La palabra “DIEZMO” en hebreo es maaser y en griego dekate. Significa literalmente “décima parte”. Después que aparece maaser en Génesis, se repite veintiocho veces en el Antiguo testamento; en el Nuevo Testamento se encuentra en dos lugares: Mateo 23:23 y Hebreos 7, donde describe la relación de Abraham con Cristo al trazar un paralelo entre su diezmo y su reconocimiento de la soberanía de Dios.


¿HAY CASTIGO POR NO DIEZMAR?

Aunque el diezmo es mencionado en la ley, ésta no penaliza con castigo por no diezmar, pero sí hay una consecuencia, la pérdida de bendiciones. Deuteronomio 14:23

Las recompensas de diezmar están descritas en Malaquias 3:10-12, donde Dios promete derramar bendición y mantener alejado al devorador. Diezmar debe ser siempre un acto voluntario de parte del pueblo de Dios.


¿FUE EL PROPÓSITO DEL DIEZMO AYUDAR A ESTABLECER LA IGLESIA VISIBLE Y PAGAR LOS SALARIOS DE LOS MINISTROS DE TIEMPO COMPLETO?

De ser así, se necesitó largo tiempo para que la palabra corriera porque no fue sino hasta Moisés, cuando la ley fue dada, que el diezmo satisfizo esta necesidad.

NO, el diezmo fue establecido como una demostración física terrenal de la dedicación del hombre a Dios.

Dios entendía nuestra naturaleza egoísta y codiciosa y proveyó una señal identificable de nuestra sinceridad. Al entregar algo de nuestros recursos físicos, testificamos de nuestro origen, igual que un granjero cuando entrega algo de su cosecha a la tierra de donde ésta vino.


Para verificar el propósito, tenemos que regresar a Malaquías, profeta enviado por Dios para enfrentar a su pueblo con el hecho de que se habían alejado de Él.

Como era de esperarse, una vez enfrentados, negaron tal acusación. Ellos pensaron que era Dios quien los había abandonado, pues ellos alegaban que le estaban obedeciendo. Pero ellos adoraban a Dios solamente cuando les convenía. Daban a Dios, pero lo que daban era imperfecto y enfermo. Daban solamente por propósitos sociales o ceremoniales.

Pero Malaquías fue al grano del asunto cuando preguntó “¿robará el hombre a Dios?”, cosa que ellos negaron diciendo: “¿en qué te hemos robado?” La evidencia de la denuncia era el hecho de que el alfolí estaba vacio.

El pueblo sufría de escasez de provisiones, aflicciones por todos lados, falta de liderazgo y desunión. ¿Cómo indicó Dios el problema de ellos? El que ellos no dieran demostraba que se habían alejado de su fuente de bendiciones. Dar el diezmo es la señal exterior de la dedicación interna; es la entrega material activada por la entrega espiritual.

De modo que, Dios dijo que el diezmo es una expresión de dedicación (o falta de la misma) por la cual podemos determinar nuestra relación con él. Nunca se esperó que todos dieran la misma cantidad sino que cada uno diera conforme a su abundancia y CONVICCIÓN. La décima parte fue considerada como el mínimo.


La historia de Job es un recordatorio claro e impactante de que nadie, no importa cuán poderoso sea, posee algo permanentemente en este mundo. Job, súbitamente despojado de sus muchas posesiones, señaló su condición de mortal como la prueba innegable de la soberana calidad de dueño de todo que tiene Dios:desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El Señor dio, y el Señor quitó” (Job 1:21).


Cuando se diezma por la razón legítima, se confirma que Dios es el DUEÑO SOBERANO QUE DIRIGE TODO, lo que significa que nosotros somos simplemente administradores de lo que Él nos ha confiado. Sin embargo, muchos cristianos parecen ignorar los hechos y se aferran a su dinero como si fuera suyo por la eternidad.


Hay un error al considerar que Jesús no trata o no le interesa el tema del diezmo. Ese error ha servido como excusa para que no pongamos en práctica el diezmo. Sin embargo, Jesús acusa duramente a los escribas y fariseos de hipócritas por su legalismo extremo en la práctica del diezmo, dejando de lado lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Señala que ambas cosas son necesarias hacer (dar el diezmo, practicar la justicia y la misericordia y tener fe).

Jesús reconoce explícitamente la práctica del diezmo en su nueva dimensión (Mt. 23:23). Tiene en cuenta también la condición de cada persona y su actitud ante Dios, tal es el caso de la viuda pobre (Lc. 21:1-4).


Hoy en día esta omisión de la práctica del diezmo ha llevado a la Iglesia a una situación desastrosa con relación a Dios:

Ø No hay bendiciones,

Ø No hay recursos para sostener la Obra y la Misión,

Ø Se ha dejado de ayudar a los pobres y necesitados.

Pareciera que el concepto mundano de enriquecerse prevalece en la Iglesia, en el sentido de dar a Dios lo que nos sobra, olvidando que el sistema de Dios implica siempre el dar con sacrificio.

Dar con sacrificio significa quedarme con el noventa por ciento de mis ingresos por haberle dado a Dios el diezmo.

Dar al Señor con sacrificio implica dar más allá de mis capacidades confiando que El Señor suplirá todo lo que falte conforme a sus riquezas.

El apóstol Pablo nos recuerda que: ”El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2 Co. 9:6-7).



Algunas preguntas surgen a partir de la reflexión sobre el diezmo:


Ø ¿Por qué hemos dejado esta práctica milenaria ordenada por Dios y reconocida por Jesucristo?


Ø ¿En qué es pertinente el reclamo de Dios en lo referente a los diezmos? (Mal. 3:8-9) ¿Me alcanza a mí este reclamo?


Ø ¿Quiénes son responsables que la Iglesia no cuente con los recursos necesarios para atender la Obra, incluyendo la ayuda a los pobres?


Ø ¿Por qué hemos tomado la actitud más cómoda de recibir antes que dar?


Hay muchas experiencias positivas con respecto al diezmo. Hoy en día, congregantes y líderes, laicos y pastores, comprometidos con el Señor, están poniendo en práctica la nueva dimensión del diezmo (Mt. 23:23) y están siendo bendecidos ricamente, tal las promesas de Dios (Pr. 3:9-10; Mal. 3:10). Quiera el Señor nos convenza a todos a asumir nuestra mayordomía responsable y logremos que el evangelio de Jesucristo sea extendido y comunicado a muchas más personas en el mundo. Amén.



miércoles, 23 de marzo de 2011

¿PORQUÉ DAR A DIOS?


PRIVILEGIO DE DAR

2a. Conferencia: ¿PORQUÉ DAR A DIOS?

“LA RAZÓN PRINCIPAL PARA QUE DEMOS A DIOS ES EN REALIDAD NUESTRO PROPIO BENEFICIO”
Al hacerlo así recordamos que él es el dueño de todo lo que tenemos y que somos solamente sus administradores. Cuando tratamos de retenerlo todo para nosotros, revelamos un grave problema en nuestra manera de ver las cosas.

( Hoy constituiremos un restaurant, se llamará “campos eliseos”)

Cuando pensamos que el dinero y las posesiones nos pertenecen, inevitablemente empezamos a ver todo el aspecto de la vida de la misma manera. Empezamos a pensar que Dios es nuestro sirviente, que existe únicamente para ayudarnos de tiempo en tiempo cuando le llamamos. En vez de eso, debemos recordar que los sirvientes de Dios somos nosotros y que siempre debemos estar listos para hacer su voluntad. Por eso le llamamos “SEÑOR”, él es nuestro “GOBERNANTE” “DUEÑO” “SOBERANO” y “REY” y como tal, le debemos un “Tributo” en todos los sentidos, material y espiritual.

Hay muchas buenas razones para dar, pero también hay otras muy malas. Examinemos las buenas primero.
BUENAS RAZONES.
1. DAR DEBE SER UNA EXPRESIÓN MATERIAL EXTERIOR DE UNA PROFUNDA DEDICACIÓN ESPIRITUAL, una indicación del corazón obediente y dispuesto (Malaquias 3:8, Santiago 1:22, 1 Juan 3:17).

2. DAR DEBE SER CON CORAZÓN AGRADECIDO Y ACTITUD DE GOZO. 2da. A los corintios 9:7 dice: “cada uno dé como propuso en su corazón; no de mala gana, ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre”.

3. PODEMOS TENER EL DON ESPIRITUAL DE DAR DESCRITO EN ROMANOS 12:8. Estas personas llevan vidas capacitadas que les capacitan para dar generosamente. Son especialmente sensibles a las necesidades del prójimo y están conscientes de la necesidad de verificar toda causa a la que contribuyen. Por lo general son personas prudentes.

4. UNO PUEDE DAR POR SENTIRSE COMPUNGIDO. Pues, tal vez, el Espíritu Santo le esté impulsando a dar a una causa especial. ¿cómo determinar si ese deseo de dar es efectivamente de Dios o una mera respuesta emocional? Lea la palabra de Dios y ore. Si está casado, tome en cuenta a su cónyuge para asegurar el equilibrio de su acción de dar.

MALAS RAZONES.
1. NO COMPLACE A DIOS QUE DEMOS CON EL PROPÓSITO EXPRESO DE RECIBIR. Muchos tratan de sobornar a Dios dándole primero, y citan Lucas 6:38 para apoyarse. Cierto es que Dios bendecirá espiritual y físicamente a quienes dan, pero solamente cuando el motivo es el legítimo y damos por el sincero deseo de agradar a Dios. Recuerde que Dios conoce el corazón. Un ejemplo de dar “para” recibir se encuentra en Hechos 8, donde se relata el caso de Simón que ofreció dinero a los apóstoles a cambio de la habilidad de otorgar el Espíritu Santo por medio de la imposición de manos. Romanos 11:35 dice: “¿o quien le ha dado a Él primero, para que se le tenga que recompensar?”.

2. ALGUNOS DAN POR TEMOR. La reverencia y el respeto a Dios temperados por la confianza en su amor son señales de madurez espiritual. El temor al que me estoy refiriendo no es éste, sino que amonesto en contra de dar porque alguien dijo que si uno “no” da, entonces Dios le castiga. Por ejemplo, una enfermedad puede motivar a que los cristianos den por temor, para que Dios los sane. Si uno dá porque tiene miedo, está dando por obligación, contrario al precepto de 2 corintios 9:7. Nunca apoye un ministerio que recurre a las amenazas como táctica para reunir fondos.

3. DAR PARA IMPRESIONAR AL PRÓJIMO NO IMPRESIONA A DIOS. Los fariseos de la época de Cristo tuvieron ese problema. Cristo dice en Mateo 6:3 “pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”. Las personas que tienen problemas con el orgullo necesitan hacer su contribución en forma modesta y humilde, lo cual no significa que todo lo que uno dá deba ser en absoluto secreto. Permitir que los hijos de uno vean que uno dá, particularmente cuando se da con sacrificio, sirve para enseñarles la importancia de la dedicación. DAR PARA OBTENER APLAUSOS O APROBACIÓN NO ES BÍBLICO.

LA LIBERACIÓN DEL “MINISTERIO DE DAR”
Nos podríamos endurecer a tantas peticiones de socorro que se nos presentan a cada momento: la persona que se sube al camión pidiendo alguna moneda para alguna institución o necesidad personal, en el semáforo el hombre que te quiere limpiar el parabrisas, el indigente sentado fuera de la tienda de autoservicio con un letrero pidiendo auxilio por una enfermedad, etc. Nos podríamos aislar y nos excusaríamos diciendo que si estos realmente quisieran trabajar, encontrarían trabajo. Solo hace falta un esfuerzo de voluntad para olvidar el rostro del hombre con su pancarta. Quédese sentado en el auto y mire hacia delante ¿Cuándo cambiará el semáforo?
Cuando uno es bombardeado continuamente por las necesidades de otros, se va endureciendo en su corazón, o se siente muy abrumado. Aunque limite sus donativos a la iglesia, se le presentaran más necesidades de las que puede atender. ¿Cómo podrá uno conservar la sensibilidad ante la necesidad, y al mismo tiempo estar abierto al Señor para dar con generosidad?

La única forma de conservarse sano, solvente y tierno de corazón es pedir a Dios que me dé la dirección divina para usar el dinero.
El primer paso para aprender a dar es pedirle a Dios sabiduría. Él promete que sus ovejas oirán su voz. Tome esta decisión ahora mismo y pregunte a Dios, cuando es que debe dar y cuanto.

¿Cuántos de nosotros hemos logrado identificar a alguien que tiene el Don de dar y es comprometido con este ministerio?
El Don de dar es tan espiritual y guiado también por el Espíritu Santo como los otros dones mencionados en Romanos 12 y 1 corintios 12.
5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. (Rom.12:5 al 8)

El Don de dar, proveniente del Espíritu Santo, ha de ser liberado en nosotros de la misma manera que los dones de predicación, enseñanza, exhortación, liderazgo y los actos de misericordia.
Posiblemente nunca podríamos aconsejar a un matrimonio, pero con el Ministerio de Dar podemos hacer posible la oficina de consejería. Posiblemente no podamos abrir una misión en una colonia o pueblo, pero con el Ministerio de Dar podemos hacer posible que nuestros líderes vayan y abran nuevas brechas de trabajo. Tú lo puedes hacer posible!

lunes, 14 de marzo de 2011

CONFERENCIA: "EL PRIVILEGIO DE DAR" PONIENDO PRIMERO A DIOS

Todos en cierta medida sufrimos el estar sumamente ocupados para servir a Dios.

Algunos están tan atareados haciendo cosas para Dios, que dejan de hacer las cosas de Dios.

Algunos ya han sido llamados por Dios para el servicio cristiano de tiempo completo, pero sopesan la llamada con su costo y deciden que pueden servir a Dios mejor ahí donde se encuentran.

Otros llenan tanto sus vidas de materialismo, que nunca tienen tiempo de escuchar a Dios. Las cosas urgentes toman el lugar de las cosas importantes y el servicio cristiano es engavetado hasta un “momento más oportuno”.


Todos podemos agradecer a aquellos santos consagrados, desde los apóstoles en adelante, que no pensaron que la fama y el éxito, ante los ojos humanos, eran tan importantes como las bendiciones de Dios. Un día cada uno de nosotros evaluaremos el éxito conforme a las normas de Cristo y de ninguna otra.

Confío en que cada uno de nosotros le escucharemos decir: “¡bien hecho, mi buen y fiel siervo!”


¿QUÉ FIN PERSEGUIMOS?

Debiéramos pensar que, ya que pasaremos la eternidad en la presencia de Dios y solamente unos setenta años en esta tierra, nos sería mejor interesarnos más por lo que recibiremos entonces que por lo que obtenemos ahora. Sin embargo, al revisar las prioridades, observamos que la mayoría de los cristianos viven sin esperanza real como Pablo describió en Romanos 8:24-25.

Estamos dispuestos a conformarnos con lo que podemos ver ahora más bien que con lo que no podemos ver y palpar en el presente. Ese es exactamente el principio que Cristo enseñó en Mateo 6:19 al 33.


Las cosas materiales no son lo que causa las dificultades. Dios dice que él nos dará las cosas que el mundo tanto aprecia pero ¿estamos mas dedicados a acumular cosas materiales que a servir a Dios?

La evidencia demuestra que servimos al dinero y no a Dios. “Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt.6:21)


Si hiciéramos esta pregunta: ¿qué fin persiguen los cristianos? La respuesta que el mundo nos daría es: “no muy diferente del que nosotros perseguimos”. Lo triste es que la mayoría de la gente quiere realmente conocer a un Dios personal. Tenemos la única esperanza para un mundo carente de esperanza, pero nos pasamos el tiempo buscando cosas vanas.


1 Timoteo 6:10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.


Repito, el problema no son las cosas materiales sino el consumismo y materialismo. Resulta alarmante en nuestra generación que hayamos encontrado una forma para racionalizar bíblicamente nuestros excesos.

Muchos cristianos creen efectivamente que podemos atraer al que no es salvo si tenemos lo mejor. Permítame asegurarle que aquellos que buscan seriamente a Dios no se dejan atraer por los lujos sino que les atrae una dedicación inflexible a Dios.


DAD Y SE OS DARÁ.

Lucas 6:38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.

Una vez que conocemos una promesa de Dios, se debe creer en la promesa. Puesto que todos los principios de Dios son dados como ejemplo para vivir, se debe verificar un principio aplicado en las vidas transformadas.

Si no es así probablemente entendemos mal el principio o “no” lo aplicamos.

Antes de definir el principio bíblico quisiera compartir algunas observaciones de un estudio que empezó hace más de nueve años, y aún continúa.


1) La mayoría de los cristianos da mucho menos de diez por ciento de su ingreso a la obra que se hace en el nombre del Señor.

2) Muchos cristianos dan al menos diez por ciento de sus ingresos en forma habitual, pero no experimentan lo que entienden sea la abundancia espiritual o material de Dios.

3) Muchos cristianos dan al menos diez por ciento de sus ingresos y pueden identificar muchos ejemplos de la retribución de Dios, sea de índole material, espiritual o ambos.

4) Un pequeño porcentaje de cristianos da mucho más de diez por ciento de sus ingresos sin identificar nada que puedan entender como la retribución de parte de Dios.

5) Un porcentaje muy pequeño de cristianos da mucho más de diez por ciento de sus ingresos y pueden identificar la respuesta de Dios tanto en general como específicamente.


A continuación ofrezco algunas observaciones sobre estos grupos sin intención de juzgar a nadie. Creo que Dios nos ha provisto de indicadores materiales que señalan nuestra condición espiritual. Estos no son para acusarnos sino para amonestarnos.



Ø Aquellos que dan menos de diez por ciento de sus ingresos limitan lo que Dios puede hacer por ellos según su propia palabra: Malaquias 3:8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Para que no creamos que ese principio era valido solamente en el antiguo testamento, Pablo nos lo amplía en 2 corintios 9:6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. La falla en el dar es un indicador material exterior de la necesidad de efectuar cambios espirituales.

Ø Aquellos que dan más del diez por ciento pero no necesariamente con sacrificio, pueden experimentar la abundancia de Dios conforme a Su plan para ellos, porque satisfacen las exigencias de Dios para ellos en ese momento.

Ø Muchos de los que dan lo que nosotros consideramos abundancia material, y no experimentan ninguna respuesta particular en lo material o espiritual pueden estar dando por razones egoístas. Muchos son los que tratan de sobornar a Dios para que los bendiga, como Simón el de hechos 8, que al observar los beneficios del poder de Dios trató de adquirirlo sin satisfacer las exigencias espirituales. Ellos demandan la bendición de Dios como recompensa de lo que consideran su sacrificio, pero no están sometidos a Dios, sino que tratan de ejercer su propio dominio sobre Él. Pablo también se refiere a esa actitud en Romanos 11:34 y 35: 34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? 35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?

Ø Otro grupo está formado por aquellos que dan esperando pero nunca demandando. Aunque Dios suele devolver mucho más de toda expectativa, tanto en lo espiritual como en lo material, ellos dan por el deseo de complacer a Dios y no por obtener provecho. La prueba de ello se halla en que usualmente empiezan a dar sacrificadamente mucho antes que Dios responda, y lo que dan excede sobremanera a la cantidad que acumulan, independientemente de cuanto sea su ingreso.


El principio espiritual que encierra el pasaje de Lucas 6:38 es, sin duda, DAR Y RECIBIR, pero no es DAR PARA RECIBIR. Los requisitos para recibir se encuentran en Lucas 6:27 al 37. El cristiano que vive conforme a estos principios practica la VIDA RENDIDA. Por tanto, dar es sencillamente la expresión material de la obediencia espiritual mas profunda a Cristo.

Casi todo cristiano desea ser obediente a Dios y muchos lo son en muchas maneras. Sin embargo, Cristo nos advirtió que la mayor amenaza a nuestro andar con Dios es la atracción al mundo materialista.

Mateo 13:22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.